Quienes estamos ligados al mundo del aprendizaje de adultos – clases, cursos, capacitaciones, entrenamientos, desarrollo de talentos, coaching, mentoring, facilitadores de todo tipo, líderes formales e informales y algunos otros roles que debo estar olvidando a ésta hora de la mañana – podemos recurrir a David Kolb y conocer acerca de los cuatro elementos que componen el Modelo de Aprendizaje Experiencial.
La parte corporativa
Ahora,… ¿por qué a veces resulta tan difícil explicar que hace falta experiencia – y por ende tiempo, esfuerzo, repetición – para que un conocimiento o una práctica se adquiera? ¿Y más aún para que se internalice y se convierta en un hábito?
El gran mundo empresarial nos enseña con su mejor práctica a tener números, métricas y objetivos para todo. Y tomando palabras del gran Peter Drucker (infaltable en todo texto de management, jajaja) – únicamente lo que se mide se gerencia.
Y sin dudas que si. Ahora bien, en éste mundo de la capacitación, a veces es un poco más difícil poder tener esa mirada de mediano plazo acerca del aprendizaje.
En el mundo de los contact centers – también en otras industrias pero no en todas – lo tiempos disponibles para capacitación inicial – como la capacitación en on-going – es tiempo escaso. Y en más de un caso, persona, grupo o temática, no alcanza a ser suficiente para que exista ese espacio de experiencia que consolida la absorción del aprendizaje.
¿Y ahora de qué me disfrazo?
¿Eliminamos el aula, el powerpoint y el video grabado? Ni loco. Para nada, al contrario: le damos el adecuado uso que corresponde: impartir información para que el/la aprendiente absorba y asimile. ¿Y con eso entonces, ven el video y aprenden y listo? Menos aún.
Incorporar el espacio de experiencia durante la instancia de capacitación, como también a posteriori durante algún tiempo medible que permita la completa incorporación del conocimiento y la formación del hábito alrededor de tal conocimiento es el tema del día.
¿Cómo hago para que alguien que está aprendiendo no vea casos de libro, sino práctica y realidad? ¿Qué puedo modificar en mi currícula de entrenado para dar espacio a un debate, a una charla, a un role-playing o actuación del tema?
¡Manos a la obra, Manny!
Si lo pensamos desde el sentido común – lamentablemente el menos común de los sentidos – cada vez que realmente queremos aprender algo, le damos el tiempo adecuado. Y ese tiempo, como toda variable, es medible. Sin dudas que distinto entre distintas personas, pero medible. Y al fin de cuentas, si es medible también es gerenciable.
Para ir cerrando el texto, te propongo que tomes una actividad de capacitación que vayas a brindar en breve y te fijes, en el cronograma, cuánto tiempo le dedicas a la experiencia para que el aprendizaje fluya. Y si no lo tienes incluido, qué parte es más sencilla de ver y qué parte es más interesante para experimentar.
¿Fin?
Para nada, de hecho es una especie de nuevo comienzo. Después de todo…. ¿acaso la vida no es experiencia?
Espero hayas disfrutado la nota. Que tengas un gran día por delante.
Salu2
Rodrigo
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