Hola, querida y querido lector, espero que estés muy bien.
Por acá en Argentina, tenemos una frase para esas situaciones donde la respuesta nos salió casi casi de casualidad. No, no de causalidad, sino por el contrario – de pura suerte.
Y esa frase es “No dominamos el mundo porque no queremos…”.
Seguramente usas la misma frase – o alguna otra que apunta a lo mismo – que la suerte tiene un rol fundamental en el momento de idear la solución a un problema. Y creo que la frase es cierta, pero por otro motivo – casi casi opuesto.
Los que conocen y estudian éstos temas, en realidad le llaman intuición. Y como tal, no surge de la suerte, sino de la práctica.
Hace un tiempo ví una película que en ese momento me gustó – pero la ficha de lo que realmente contaba me cayó como varios meses después. Insaei – un documental islandes que nos cuenta lo que en algún lugar, ya sabemos: que el enfoque, la apertura de los sentidos y el advertir los detalles mínimos logran un estado de concentración tan importante que podemos actuar frente a situaciones impensadas, cambiantes y volátiles.
Ahora, si es cierto que no queremos (dominar el mundo), entonces hay motivos para pensar que así es: las distracciones y el estrés. Y es ésto: tener el móvil en la mano, mientras hablamos con alguien al lado nuestro y miramos una película, lo que hace que nos estresemos a partir de un impresionante grado de distracción.
Ante ésto, no puedo más que preguntarme: ¿hay alguna escapatoria para estar tooooooodo el día conectado? ¿Existe una forma sencilla de domar nuestros caballos de la distracción para que podamos realmente enfocarnos en un tema y llevarlo a tal grado de conocimiento que nos permita improvisar con éxito?
Sin duda alguna que si. Es el propósito de éste artículo. Una forma sencilla de establecer rutinas que me permitan enfocarme, tocar un sólo tema, hablar de una sola cosa, practicar eso hasta dominarlo. Si buscamos el creador de recetas de B. J. Fogg – https://recipemaker.tinyhabits.com/tiny-habits – vamos a observar que primero construimos el nuevo hábito a partir de una acción que actualmente realicemos. Y que ello es lo que nos va a permitir ir construyendo paso a paso, un nuevo hábito.
Si a su vez éste nuevo hábito va acompañado de una buena dosis de – me desconecto de los otros 15 canales virtuales – y sólo me enfoco en una tarea con una alta dosis de repetición, sin dudas que vamos a poder construir la habilidad que requerimos.
Mi forma de verlo se llama gamification. Y es usar lo que te proponen los juegos, a modo de gestión de mi propia performance.
Una misión, para mí, es una tarea que involucra varias otras para poder ser completada. Y me creo misiones a mi mismo para poder tener ese foco y objetivos bien claros.
Una insignia es una forma de reconocimiento. Y cuando logro una buena negociación, un proyecto completo exitosamente o algo que requiera mi esfuerzo a través del tiempo, me entrego a mi mismo una insignia que me condecore.
Y un desafío, a mi entender, es la posibilidad de apostar a que voy a mejorar en un aspecto en particular. Por eso mismo, mis desafíos tienen aparejadas recompensas. Y son esas recompensas las que me invitan a continuar cuando estoy a punto de bajar los brazos.
Querida y querido lector, es éste el momento en el cuál te invito a que pienses en tus tareas laborales como una gran aventura. En ésta aventura, tienes que crearle el ambiente, la locación, la historia y por supuesto, tu propia misión, tus desafíos y tu misión.
Y que algunos momentos de tu día laboral se parezcan más a esa imágen de la película que tienes en la cabeza más que a algo demasiado rutinario. Lo que sin dudas va a llevar a que disfrutes un poco más de tu trabajo y te resulte más entretenido.
Gamification es un camino de ida, un nuevo esquema para entender cómo gestionar nuestra motivación y la forma en la cuál analizamos algunas situaciones. La nueva idea de management para descifrar el genoma del compromiso laboral.
Como para ir cerrando, les trago una frase de la animación Pinky y el Cerebro: “Lo mismo que hacemos todas las noches, Pinky, ¡Tratar de conquistar al mundo!» Eso es lo que yo SI quiero hacer: conquistar el mundo a través de la gamification. Y que todo el mundo laboral sea más entretenido, más atrapante y más desafiante.
¿Qué opinás? ¿Te sumás en éste nuevo desafío de transformar nuestro entorno laboral?
Gracias por tomarte tu tiempo en leer ésta nota. Y en dejar que tu mente y tu corazón empiecen a pensar en el próximo desafío……